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el nacimiento del reloj

Actualizado: 29 ago 2021

LOS RELOJES DE SOL, CON HISTORIA DESDE TIEMPOS ANCESTRALES

Nuestros más antiguos antepasados ​​distinguían poco mas que las frías noches interglaciales de los luminosos periodos diurnos, durante los cuales debían desarrollar su actividad de cazador y recolector.

La primera división relacionada con la medida del tiempo, aparte de la mencionada del día y la noche, fue la de la mañana y la tarde. El amanecer y la salida del Sol daban origen a la lucha diaria por la supervivencia de la especie y el crepúsculo anunciaba la inminente llegada del descanso nocturno. Pronto, el hombre debió identificar la sutil frontera entre la mañana y la tarde, el mediodía, a partir del cual debería prever el tiempo que le quedaba para perseguir una presa para que no le diera la inhóspita noche lejos de la vivienda habitual.

Esta necesidad de previsión hizo que el hombre se fijara en las diferentes alturas alcanzadas por el Sol por encima del horizonte a lo largo del día y, más tarde, en la variación de la longitud de las sombras de los objetos expuestos al Sol. Así, detectó como, durante la mañana, las sombras se acortaban a medida que el Sol iba subiendo en el cielo y que, a partir de un cierto momento, el astro comenzaba su descenso a la vez que las sombras volvían a aumentar de longitud.

El más primitivo reloj de sol, pues, podría haber sido cualquier árbol, roca o accidente del terreno capaz de projectar unas sombras claramente distinguibles por su longitud cambiante. Se dice que cerca de Oliana hay un acantilado que se conoció hasta hace pocos años con el nombre de Roca de las Horas, ya que la gente se fijaba en sus sombras para identificar la hora del día.

El primer reloj elaborado quizás fue un palo, el gnomon, clavado verticalmente en un suelo más o menos horizontal, encima del cual se podría constatar el desplazamiento de la sombra. Un tiempo después, sobre la superficie horizontal se debían marcar las señales correspondientes al mediodía y en otros momentos determinados de la jornada, que, con el tiempo, acabarían siendo el origen de las horas.

Otro componente se añadió pronto a la función del gnomon, ya que, si bien el recorrido del Sol de este a oeste indica la hora, las diferentes alturas de este astro, tomadas a lo largo de las estaciones del año, servían para dar idea del adelanto del calendario anual. Así pues, el gnomon, como cualquier reloj de sol más evolucionado, se podía utilizar simultáneamente como reloj y como calendario.

(Extracto LIBRO Relojes de sol de Cataluña SCG)

(continuarà...)


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